Foto: Juliana Dacoregio - Flickr |
Los alimentos con alto contenido en agua y fibra y un bajo contenido en grasas tienen una densidad calórica baja. Estos alimentos nos ayudan a sentirnos satisfechos con menos calorías.
Al aumentar el
volumen y el peso de las comidas, estas estimulan por más tiempo los receptores
nerviosos colocados a través del tubo digestivo, como los receptores de
distensión del estómago y los intestinos, que le informan al cerebro que hemos
comido, lo que nos da la sensación de saciedad.
Este proceso se
toma alrededor de 20 minutos. Es el tiempo que se necesita para que esta
información sea recibida y procesada por el cerebro. Masticar los alimentos,
percibir su aroma, su sabor y textura y tragarlos origina señales neurosensoriales
que viajan a través de nervios hasta el cerebro, que le informan que hemos
comido.
Estar conscientes de lo que comemos
Hay personas
que se tragan la comida en forma mecánica y terminan llenos y sofocados, sin
que realmente aprecien la cantidad de alimentos ingerida. Algunos expertos
incluso recomiendan dejar de comer durante 10 minutos a mitad de la comida para
dar tiempo a que este proceso surta su efecto. Este lapso de tiempo se puede
aprovechar para tomar una medicina o hacer cualquier otra tarea.
Debe estar
consciente de lo que come. Vea cada bocado antes de llevarlo a la boca y evite
distracciones, como ver televisión, leer o hablar por teléfono mientras come.
Alimentos sólidos vs. líquidos
La presencia de
alimentos en el intestino delgado estimula la producción de la hormona
colecistocinina, que calma el hambre. Mientras mayor sea el volumen de una
comida y mayor sea el tiempo de tránsito a través del tubo digestivo, mayor
será el efecto de estos mecanismos para hacernos sentir satisfechos.
Los alimentos
líquidos pasan rápido por la boca, el estómago y los intestinos, evadiendo los
mecanismos detectores de saciedad, a menos que estén incorporados a alimentos
sólidos. Por eso nos oponemos al consumo de jugos y refrescos, que aportan
calorías pero no contribuyen a la saciedad. Tome agua, que no tiene calorías.
Contenido de agua y fibra
Puede aumentar
el contenido de agua y fibra de platos mixtos al agregar frutas y verduras. Por
ejemplo, añada suficiente verduras a las pastas: ajíes morrones, tomates, setas
(hongos, champiñones), espinaca, apio. Al aumentar la proporción de verduras y
disminuir la proporción de pasta, reducirá la densidad calórica, pues las
verduras tienen mucho menos calorías que la pasta.
Tomar sopa a
base de caldo antes de las comidas es una buena herramienta para bajar de peso,
pues aporta volumen con pocas calorías y
ayuda a controlar el hambre. Lo mismo puede hacer al aumentar la cantidad de
agua al preparar cereales, sopas y cocidos.
Una de las
ventajas del arroz integral es que, además de tener más fibra, necesita más
agua para su cocción, la que incorpora al grano, aumentando su volumen sin
aumentar las calorías.
En resumen,
medidas dietéticas tendientes a disminuir el consumo de calorías, y por tanto a
bajar de peso, son: reducir el contenido de azúcar, grasas y sal y evitar la
excesiva variedad de alimentos con alta densidad calórica. Y al mismo tiempo,
aumentar el contenido de fibra, agua, proteínas y carbohidratos complejos.
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© Copyright Juan Luis Fernández 2014
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